domingo, 21 de marzo de 2010

19-03-2010 Risotto Como


El juego de palabras lo he usado para dar dos pistas de lo que hicimos el pasado viernes que era festivo aquí en Suiza, el día de San Giuseppe. El día amaneció nublado, aún así llevé a A. al parque que visité con la bici el otro día y que tiene unas estupendas vistas del lago de Lugano. Las visitas que vengan lo conocerán. Descubrimos que tiene un piccolo recinto cerrado con ciervos, jeje, eso no lo ví la otra vez. Estaban todos dormitando.
Luego fuimos a Grancia donde había visto en un folleto que había carnaval y Risotto con spezantino (spezantino es como guisado). Allá que vamos para cotillear por la mattina (el risotto lo reparten a partir de las 12, hora de comida en estos lares), llegamos sobre esa hora, nosotros habiendo desayunado sobre las 9:30 en principio no teníamos mucha hambre. El supuesto carnaval resulta ser un tenderete improvisado junto a un parque infantil, donde hay gente (familias con bambini y un gran número de ancianos, de hecho los de la organización creo que rondan la media de edad en 60 anni), para rematar la escena cutre de barrio, una tipa que canta fatal anda berreando canciones ñoñas con un micrófono y unas melodías pre-programadas de organillo. Resulta que el plato de comida vale 7 franchi (se pronuncia franki, que me hace mucha gracia porque me recuerda al nombre de la hermana de una amiga). Total mi itagnolo aqui parece no tener tanto poder pues en esta región (no tan lejana de Lugano realmente) hablan un dialecto, o italiano con acento especial, pues me cuesta entender a la abuela que está repartiendo los platos de plástico. Finalmente compramos dos tickets para dos raciones de risotto, allá que veo una mesa con otra abuela que está repartiendo queso con buena pinta, y me acerco con mi plato de plástico a preguntar, me intenta decir que la porción de queso vale 4 franki, y entonces le digo que qué es lo que nos corresponde con el plato que hemos pagado, me dice que una ración de risotto y otra de spezantino (a esta abuela la entiendo mejor que a la otra), le digo que si el spezantino lleva carne, me dice que sí, y le digo que entonces nosotros no podemos comerlo, que sólo podemos comer risotto, ella me dice que tenía que habérselo dicho a no se quién, yo pongo mi carita de pena penita pena y voilá, la abuela me da un trozo de queso , yuhu! Estoy tan motivada que hasta cojo mi bollo de pan y le meto la mitad del queso pa probarlo, me como el bocata y luego empiezan a repartir el risotto, nos sentamos en mesas comunitarias (de esas largas con gente sentada a ambos lados). Gracias a Dío la tía que anda desafinando se calla y nos deja comer en paz. El sitio me recuerda a una caseta de puretas en la feria de Málaga. El risotto lleva mantequilla y champis, está de p.m., qué rico. Encima no paran de pasear con los cubos de arroz para el que quiera repetir (A. se come tres platos, luego se acordaría del arroz hasta bien tarde de tanto empacho). También bebemos cerveza, una de la parte de suiza-alemana no sé cuala. En frente nuestra hay un matrimonio (de la edad de nuestros padres), entablo conversación con la donna y le pregunto por el nombre que viene en el ticket Carnevaa di Fügasciat, me dice que lo de Fügasciat es el nombre de Giuseppe en el dialecto suyo (será de la parte alemana digo yo) y que celebran el día del papá (con acento en la segunda a, porque si lo dices con acento en la primera a se refiere al papa de la iglesia el Benedicto ese). Con el ticket de comida al parecer viene un número para un sorteo que van a hacer sobre las 15h, pregunto qué y son dos botellas de vino. Además tienen otros sorteos para los que hay que comprar participación aparte (nosotros pasamos). Qué les gusta a los abuelos un bingo, una lotería... aunque sea para ganar una chapa... Decidimos dar una vuelta por el pueblo para hacer tiempo hasta las 15h (no sea que nos toquen las botellas, no solemos beber vino pero a vino regalado no le mires el diente) y también por no aguantar a la tipa que se supone está animando el ambiente. Ahora que ya ha terminado la hora oficial de la comida a vuelto a su puesto y la tortura musical ha comenzado de nuevo. Eso si, como la gente ha bebido vino, cerveza y café con grappa pues de vez en cuando se escucha a algún espontáneo que se sabe alguna de las odiosas canciones y se pone a acompañar a la show-woman. El pueblo son tres calles y media que se conectan formando extraños laberintos, eso sí las casas son muy bonitas y observamos raros fenómenos de vez en cuando, como la colocación de cervezas en los poyetes de una ventana (no le caben en la nevera? así están más ricas? O es un código secreto de invitar al vecino a beber?). Volvemos a la hora del sorteo, aún sospechando que seguramente la cosa esté amañada... Sale el número 33, nadie grita ni hace nada, pero la “cantante”da por finalizado el sorteo y felicita a todos por participar ciao ciao… en fin. Siguiente parada... Italia, vamos a Como, ciudad que también posee un lago y que está muy muy cerca. Cruzamos la frontera, A. recriminándome que no llevo el pasaporte (con lo chulo que está mi DNI electrónico), total tanta cola de coches para pasar al lado de un tipejo con uniforme (a mí me recuerda a los uniformes de los guardias civiles pero aquí no hay picoletos así que póngale usted el nombre que quiera). Decidimos aparcar al lado de una iglesia (bueno aquí te encuentras iglesias por todas partes y para todos los gustos y estilos) no demasiado metidos en el centro-centro que imaginamos será más difícil aparcar. Empezamos a caminar un poco a ciegas buscando las calles más céntricas y lo poco que vamos viendo… bueno no sé decirlo de forma fina… A. me leyó el pensamiento cuando íbamos paseando por una Strada (calle en italiano) y de repente le sale del alma… “pues lo que estamos viendo de Como por ahora me parece una mierda” XDD Decidimos preguntar a una mujer porque albergamos la esperanza de una vida mejor y nos indica el camino hacia la parte más céntrica de la ciudad. Allá que vamos y de pronto el paisaje cambia como por arte de magia. Las calles se vuelven retorcidas y estrechas, aparecen edificios bellísimos con mucho encanto y voilá cacho-peaso de super mega catedral con la que nos topamos. Ya veréis fotos ya,… también el casco medieval y plazas chulísimas (la piazza del mercato me gustó mucho). Así que visita obligada de esta bella ciudad que enseñaremos a nuestros futuros patriotas ;) Comprillas varias en euros por algunas tiendas y paseo cerca del lago, donde observamos varios piragüistas (lo que me recuerda que debo investigar si en el lago de Lugano se pueden alquilar), una avioneta sobrevolando y algunos cisnes. Acabamos en el Carrefour market donde me vuelvo loca comprando verdura que aquí es más barata que en Lugano. Compramos cerveza italiana Dreher y Peroni, ah, ah, ah y atenzzioni….raviolis de chocolate!!! Umm ya veréis la foto. Del tema de las cosas que hay y no hay en los supermercados hablaré en un post aparte porque algunas cosas son realmente curiosas.
P.D.> Ya llevamos una semana aquí

2 comentarios:

  1. Sara y yo fuimos en tren desde Milán hasta Como. El tren, por cierto, que se suponía que era directo, pero luego paraba en todas las estaciones.

    Una vez allí caminamos desde la estación de tren hasta el puerto, y, efectivamente, sólo merece la pena lo que está a orillas del lago. Lo bonito es lo que está dentro de la muralla medieval, y la iglesia del centro (supongo que será la catedral que mencionas) era bastante bonita, con tapices colgados del techo.

    Nosotros cogimos en Como un barco que nos llevó a Bellagio, la población más "in" de todo el lago, aunque al final no mereció mucho la pena. Lo bonito tiene que ser tener una embarcación y pasearte por el lago.

    ResponderEliminar
  2. nuestra profesora de italiano es de Como, dice que en el sur de Italia la gente pronuncia las vocales alargándolas así que en vez de Como dicen Coooooaamo jajaja

    ResponderEliminar

Reestructurando relaciones

No sé si debería cerrar este blog puesto que es una etapa de nuestra vida que ya ha terminado y no sé si tiene sentido volver atrás. Pero......