domingo, 11 de diciembre de 2016

Desafío-21 / 21-Challenge

(photo by pixabay)

I accepted the 21-day free complaint challenge of Will Bowen. Not because I expect that it will change my life, but because I think it is a nice initiative. It is true that we are every day influenced by much more bad news than good ones, not only at the media but with the persons we are related at work and at the family. Thus I also feel often myself fighting with this general pessimistic inclination. It is not so easy, I have been doing it only for two days and omg how hard it is XD. If you say something negative or complaint, you have to reset the day-counter :P. Do you want to join the challenge?

He aceptado el desafío de Will Bowen, de estar 21 días sin quejarme. No espero que vaya a cambiar mi vida pero es una iniciativa bonita. Es cierto que cada día sufrimos la contaminación de muchas más noticias malas que buenas, en los medios y también de personas en nuestro entorno laboral y familiar. De este modo me encuentro a menudo luchando con esta general inclinación pesimista. No es fácil, llevo dos días y madre mía que duro es XD. Si dices algo negativo o una queja, entonces se resetea el contador de días :P. Te unes al desafío?

sábado, 19 de noviembre de 2016

El síndrome de Ulises

Revisando una entrada que escribí hace tres años como una especie de nota virtual para investigar más sobre este síndrome, me propongo a actualizar dicha información dándole al mismo tiempo un punto de vista basado en mi propia experiencia como emigrante/inmigrante durante casi 7 años.

Por definición en la wikipedia...
El síndrome de Ulises, también conocido como síndrome del emigrante con estrés crónico y múltiple, es un cuadro psicológico que afecta a inmigrantes que viven situaciones extremas, más de 50 millones de personas en el mundo de hoy. El nombre se inspira en el héroe mítico Ulises, el cual vivió innumerables adversidades y peligros, lejos de sus seres queridos.
(origen de la imagen)

Los inmigrantes que no vivimos en "situaciones extremas" también tenemos cierto riesgo de padecer síntomas de este síndrome en distintos grados, como muy bien explica este artículo psicológico. Para mí fue un consuelo saber que lo que me pasaba tenía un nombre y que era incluso hasta cierto punto normal... pero ¿por qué aparece?

Casi todos los que hemos emigrado a un país con una cultura e idioma diferente al nuestro pasamos por la inevitable etapa inicial de ansiedad para intentar adaptarnos rápidamente al entorno. Hay que luchar con muchas inseguridades y miedos, digerir nuevas leyes, costumbres... Afortunadamente este tipo de estrés disminuye su intensidad con los años, conforme vamos fundando conocimientos y herramientas que nos ayudan en el día a día. 

También cargamos con el llamado duelo migratorio, que nos acompañará durante todo nuestro viaje. Como explica este estudio, este "compañero" es complejo y a veces difícil de contentar. Comento algunas de sus características:
  • parcial: no es un duelo verdadero ya que no se ha muerto nadie, simplemente nos hemos alejado un poco (a veces sin el poco) de nuestros seres queridos.
  • recurrente: cada vez que visitamos a nuestra familia y amigos allí, de algún modo realimentamos este duelo con las continuas despedidas (yo incluso a veces me sigo emocionando un poco).
  • múltiple: resulta que este compañero en verdad no es uno sino siete amiguitos (como afirma Achotegui 1999). Duelo por la familia y los amigos, por la lengua, por la cultura y valores, por la tierra, por el estatus social, por el contacto humano y por los riesgos físicos. Yo añadiría un duelo más... por la comida.
  • desafiante: desafía a nuestra identidad haciéndonos preguntas del tipo ¿de verdad te sientes integrado en este país?
Pasado el período inicial, las cosas se van normalizando. Aprendemos a llevarnos más o menos bien con el dichoso duelo migratorio pero indudablemente llega el momento de empezar a valorar lo que estamos viviendo. ¿Se están cumpliendo mis expectativas o no? Este punto es crucial y muy importante. En mi caso, no es que me hubiera formado grandes ideas, de hecho tuve que confiar en dejarme llevar por las "corrientes del destino", pero de algún modo, quizás inconsciente, mis expectativas no se han cumplido. Me siento afortunada por muchas cosas que he conocido sólo a través de la emigración y no me arrepiento de mis decisiones, pero "la inmortalidad no es suficiente para retenerme por siempre en la isla de Calipso" (permitidme que cite a nuestro héroe Ulises).

Y es en este momento y no en otro, cuando aparecen los llamados sentimientos del síndrome de Ulises:
  • soledad: sentimos un vacío afectivo que nuestros amigos aquí no pueden completar.
  • tristeza: podemos reducirla a nostalgia.
  • culpabilidad: este punto no lo comparto en la misma forma con el escritor del artículo. Yo he vivido la culpabilidad cuando alguien de mi familia estaba pasando por una enfermedad o un mal momento y no he podido estar a su lado. Sientes que es tu deber estar allí ayudando y no puedes.
  • desengaño: la frustración es cierto que nos puede provocar algo de resentimiento a veces.
Además pueden aparecer ciertos trastornos físicos como insomnio, dolores de cabeza y de estómago. Doy fe de todo. 
El artículo referenciado propone varias recomendaciones lógicas para afrontar estos síntomas que no voy a repetir. Simplemente añadiré los consejos que a mí me están funcionando: 
  • primero dejar de analizar el problema con la cabeza como si fuera un acertijo matemático a resolver y escuchar más nuestro corazón.
  • ser honestos cuando sentimos que algo no va bien: a veces podemos tenerlo todo, aparentemente, y a pesar de eso no ser felices. Hay que atreverse a ir más allá y profundizar hasta dar con la razón del descontento.
  • buscar una solución al verdadero problema, ahora sí podemos poner a trabajar mente y corazón para encontrar la más óptima dadas nuestras circunstancias.
  • por último creer en nosotros mismos, en nuestra decisión y no tener miedo a emprender otra cruzada llena de nuevas aventuras.
Espero que este artículo-reflexión os sirva para conoceros más y de algún modo os ayude en vuestra odisea. Buen viaje y nos vemos en Itaca ;)

lunes, 7 de noviembre de 2016

18 reglas del Dalai Lama para ser más feliz


1. Los grandes amores y las grandes realizaciones implican grandes riesgos.
2. Cuando pierdas, no pierdas la lección.
3. Sigue las tres 'R'. Respeto por uno mismo, respeto por los demás y responsabilidad por tus acciones.
4. Recuerda que no conseguir lo que quieres a veces es un maravilloso golpe de suerte.
5. Aprende las reglas para saber cómo romperlas apropiadamente.
6. No dejes que una pequeña disputa dañe una gran amistad.
7. Cuando te des cuenta de que has cometido un error, toma medidas inmediatas para corregirlo.
8. Encuentra tiempo para ti mismo todos los días.
9. Abre tus brazos al cambio, pero sin olvidar tus valores.
10. Recuerda que el silencio a veces es la mejor respuesta.
11. Vive una vida buena y honorable. Cuando seas mayor y mires hacia atrás serás capaz de disfrutarla por segunda vez.
12. Un ambiente de amor en casa es el fundamento de tu vida.
13. Ante desacuerdos con tus seres queridos preocúpate sólo de la situación actual. Olvídate del pasado.
14. Comparte tu conocimiento. Es una forma de conseguir inmortalidad.
15. Sé gentil con la tierra.
16. Una vez al año visita algún lugar donde nunca hayas estado antes.
17. Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por cada uno excede la necesidad por el otro.
18. Juzga tu éxito por lo que tuviste que renunciar para obtenerlo.

 Fuente de la imagen

miércoles, 5 de octubre de 2016

Frase del dia

Life is short,
break the rules,
forgive quickly,
kiss slowly,
love trully,
laugh uncontrollably,
and never regret anything,
that made you smile.
(found at the door of an elevator inside a hotel)

miércoles, 21 de septiembre de 2016

The Bard song


Y el mañana nos llevó lejos del hogar... algunos allí olvidaron nuestro nombre pero esta canción permanecerá aquí por siempre...

El otoño ha entrado ya con su melancolía y me ha puesto un poco triste. Vienen los pensamientos de deseos no realizados, convertidos en polvo que tratamos de esconder bajo la alfombra de la rutina, para que nadie los vea, incluidos nosotros, porque "ojos que no ven, corazón que no sienten". Un dicho que nos mantiene fríos como máquinas mientras caminamos en la mañana hacia el trabajo y el viento nos hiela las manos. Lucho por sentir de nuevo la cálida esperanza de "las cosas pueden salir bien" y renovar la ilusión comiendo castañas. Es una sensación extraña, esta de forzar pensamientos positivos cuando tu cuerpo y tu mente piden descanso. Hay que buscar los colores para pintar el vacío que queda tras caer las hojas de los árboles...


jueves, 28 de julio de 2016

Cosas buenas y malas de Suiza (2/2)

Bueno, quedaba pendiente hablar de las cosas buenas del país helvético asi que nombraremos algunas...
  • La educación: la gente por lo general es muy civilizada y respetuosa, de las normas y del prójimo. No ensucian tanto las calles ni aparcan en doble fila, ni hablan a gritos en el bus... Hasta los perros aquí van a la escuela canina por ley, para que los dueños sepan cómo controlarlos y los perros sepan comportarse. Si no los llevas te ponen multa.
  • La naturaleza: el concepto de ciudad no es construir casas unas pegadas a las otras y dejar un triangulito en la esquina como "zona verde" para que caguen los perritos ¬_¬. Aqui se ven árboles hermosos y muchos parques incluso en el casco más urbanizado. Se respeta y vive la naturaleza a otro nivel.
  • El sistema de redes de transporte público es increiblemente amplio y te permite ir en bus o en tren incluso al más recóndito pueblecito suizo. Además suelen ser puntuales y con frecuencia. 
  • Flexibilidad de jornada laboral: aquí es más común ver gente trabajando al 90%, 80%, o incluso 40%. Dependiendo naturalmente de cada puesto y empresa pero es algo que se acepta normalmente, el que uno quiera trabajar menos para estar más con la familia, por salud o para dedicarlo a otras actividades.
  • Compaginar trabajo y estudios es fácil, gracias al punto anterior y a la amplia gama de ofertas de formación (desde 6, 12 meses o dos años) en las más variopintas especialidades. Ofrecen por ejemplo horarios para ir sólo viernes y sábados. Así que aquí en vez de ir todos a la universidad o empezar una larga carrera académica, la mayoría tienen su título de enseñanza básica o de una formación media, luego se buscan un trabajo y poco a poco van aumentando su curriculum de títulos sin dejar de trabajar.
  • Referendum para todo. Aunque este punto no me afecta porque no puedo votar aquí, me parece un sistema de participación ciudadana mejor que el actual sistema de leyes y propuestas controladas por los partidos políticos en la mayoría de democracias.

domingo, 3 de julio de 2016

Cosas buenas y malas de Suiza (1/2)

Uff ¿Por dónde empezar? Bueno empezaremos con las cosas malas y luego diremos las buenas para cerrar la entrada con buen sabor de boca :)

Cosas que podrían mejorar
  • Ser más directos. A la mayoría de los suizos les dá una fatiga enorme decirle a alguien a la cara o por teléfono algo negativo. Evitan el conflicto a toda costa y darán ochenta mil vueltas para no tener que hablar directamente con la persona o pondrán mil excusas para no mostrar su verdadera opinión. Un ejemplo típico, cuando echas una solicitud para alquilar un piso y esperas una respuesta tipo: SI o NO, te puedes encontrar que nunca te digan ni SI ni NO y te pongan mil excusas de que necesitan comprobar no se qué documentos, o que la persona en cargo no está, etc. etc. En vez de decirte a la cara un "NO" y punto, le dan mil vueltas al asunto. A mi me parece una comunicación de lo más ineficaz.
  • La neutralidad no siempre es la postura ideal. Hay temas que despiertan emociones y reacciones en nosotros. Como personas humanas a veces es normal sentir un poco de pasión o de ira, porque demuestra que estamos vivos. Sin caer en una postura irracional, o actuar con demasiada impulsividad, me gusta ver que estoy al lado de otro ser humano que siente y padece como yo, y no de un robot frío y neutral. En este sentido, a los suizos les cuesta a veces soltarse la melena y mostrar su lado más "locker" o simplemente no tener miedo de decir algo impulsivo. 
  • Disminuir la represión social. En relación con el punto anterior, los suizos son tan educados que a veces reprimen algo que desean hacer o decir. No llegan al extremo de los japoneses, pero en general la sensación que tengo cuando estoy con suizos es de "control", de mostrarse políticamente correctos y al mismo tiempo distantes. Esta actitud dificulta a la hora de conocerlos verdaderamente y mata completamente la espontaneidad.
  • Bezahlen, bezahlen, bezahlen. Aquí en general hay que pagar por todo. Hay muy pocos eventos gratuitos al 100%. Se lleva mucho lo de hacer algo y recaudar colecta al final, para que cada uno de el donativo que pueda. Quizás estoy mal acostumbrada, pero en mi tierra natal hay muchos proyectos culturales subvencionados que ya reciben dinero del gobierno o de instituciones precisamente para hacer difusión de forma gratuita. Igual aquí reciben menos dinero o son más avariciosos jejeje :P
  • Los seguros privados médicos. Me recuerdan al sistema americano, lo único que les importa es tu dinero y no tu salud. Pagas un montón de pasta al mes y si te pones malo encima tienes que pagar franquicia (todavía más pasta) hasta que ellos empiecen a pagarte algo. No es como en Alemania donde el seguro privado te incluye un montón de revisiones gratuitas y servicios que no tienes que pagar. Aquí pagas el seguro médico todos los meses y luego si pasa algo pagas también (lo que no resulta extraño si recordamos el punto anterior). La asistencia sanitaria debería ser un derecho básico de las personas y no un servicio de lujo para los ricos que puedan pagarla. ¬_¬
Suficiente por hoy... el próximo capítulo compensaremos con las cosas buenas de la vida en Suiza.

viernes, 10 de junio de 2016

6 años en Suiza (tercera y última parte)

Pues sí toca darle un cierre a estas crónicas de reflexión sobre la emigración... A partir del quinto año se hace un poco de balance. Te sientes capaz de afrontar cualquier situación, aunque no domines el idioma y empiezas a encontrarte a gente conocida por la calle o cuando sales de excursión a alguna parte. Símbolo de que ya llevas mucho tiempo en un sitio.También es verdad que las ciudades suizas por lo general, comparadas con otras capitales europeas, son pequeñas en cuanto a población y las actividades más atractivas son casi siempre las mismas. En cualquier caso, son los años en los que te empiezas a dar cuenta que la integración, expresada de forma consciente, no es tan fácil como todo el mundo piensa. Los extranjeros que conozco y que se sienten integrados, son los que están casados o son pareja de algún suizo o suiza. Del resto, no digo que sea imposible, pero es más difícil encontrar a gente que te diga lo mismo. 
Así que es en este punto de inflexión, donde se establecen dos caminos muy claros: el de la integración y el de la desintegración. Los afortunados que se encuentran con la primera opción, se sienten más o menos satisfechos y los pocos esfuerzos que hacen son recompensados. El segundo camino es más duro y fruto de la decepción. Decepción porque has estado invirtiendo mucho tiempo en entender y comprender la cultura, te has esforzado por expresarte mejor en el idioma del país, por acercarte a la gente... y a pesar de todo no se produce ese cambio de "status". Entonces te rindes y pierdes la motivación por seguir intentándolo, porque te das cuenta de que la última palabra siempre la tiene el otro y da igual lo que hagas o dejes de hacer. El prejuicio de "Ausländer" caerá igualmente sobre tí con todo el peso del condicionamiento social. Aunque llega un momento en que te da igual, decides vivir tu vida lo mejor que puedas al margen de las categorías que otros se empeñan en tatuarte y ya está. 
Curiosamente quedan huellas... signos que el país de acogida ha dejado en tu personalidad y no lo notan los nativos, pero sí tus familiares y amigos cuando estás de visita en tu país de origen. Luego el cambio está ahí y eso después de todo, es la prueba de que te has adaptado, de que te has "integrado", lo quieran ver los demás o no. Esta conclusión es la que debe permanecer al final de la experiencia, como el valor añadido que nos llevaremos con nosotros cuando regresemos a la tierra patria.
(Próximo capítulo: cosas buenas y malas de Suiza... a mi parecer).
(origen de la foto)

sábado, 4 de junio de 2016

6 años en Suiza (segunda parte)

Continuando con mi entrada anterior... después de los dos primeros años, el ritmo se normaliza. Empiezas a sentirte más cómodo y confiado en muchas tareas cotidianas como a la hora de gestionar una reparación del coche por ejemplo, o reclamar algo en el supermercado. El idioma todavía tiene rincones por descubrir pero empiezas a pillarle el truco, o la gente te pilla el truco a ti para saber lo que quieres decir, aunque no lo digas bien :P Como el "guiri" que se tira 20 años diciendo "el comida estaba gusto" y como la gente lo entiende, se siente orgulloso de su "buen castellano" ¬_¬. Efectivamente atraviesas por un estancamiento lingüístico, sabes comunicarte y más o menos entiendes la idea que te quieren transmitir cara a cara o por teléfono, pero salir de ese estado es difícil porque requiere una inversión de estudio mayor de la que uno dispone trabajando al 100% y teniendo los fines de semana ocupados con salidas y eventos. Si, te empiezan a invitar que si a fiestas de cumpleaños, a aniversarios, bodas y también despedidas. Despedidas, porque la movilidad en la comunidad de extranjeros es grande, así que muchos de esos amigos que empezaban a colarse en tu círculo, se acaban marchando a otro sitio. Así que la relación que llevabas cultivando esos primeros tres años y empezaba ya a tomar forma, de repente se rompe y supone un desgarro emocional. Si, al principio intentas mantener contacto incluso con la distancia, pero al faltar una base firme muchas veces no funciona. Como consecuencia, al empezar de nuevo el ciclo de amistad con otra persona, ya no te entregas tanto como al principio, porque asumes que no va a durar muy probablemente. Pierdes un poco la fe en poder formar una buena amistad en el ambiente expat. A pesar de que este caso sea el más común, también diré para lanzar un argumento más optimista, que en mi experiencia particular he tenido la suerte de encontrar algunas personas que si que se han ganado acceso a la zona "VIP" de mi corazón y ese vínculo ya es irrompible.

(origen de la imagen)

¿Se consigue la integración o no? Es una buena pregunta que no tiene una fácil respuesta.... Depende. Depende de cómo te sientas... yo entiendo la integración como una percepción personal en la que no te sientes menos por ser inmigrante y ves que los demás te tratan igual que si fueras uno local. Si me aferro a esta definición, entonces diré que sólo en determinados momentos y ocasiones particulares me he sentido "integrada", pero no lo veo como un "status" sino mas bien como un sentimiento y los sentimientos cambian dependiendo de muchos factores. Por poner un ejemplo concreto, jamás me he sentido "integrada" a nivel salarial, nadie lo habla pero todo el mundo sabe que es una práctica común la de pagar menos a un extranjero que a un suizo por el mismo trabajo y teniendo el mismo perfil. También aquí sabe todo el mundo pero nadie lo discute, que a las mujeres se les paga menos salario porque se pueden quedar embarazadas... en fin, estas son algunas de las cosas que empiezas a descubrir cuando llevas suficiente tiempo en Suiza y te dejan un sabor amargo. Próximo y último capítulo... "la desintegración" XD

martes, 31 de mayo de 2016

6 años en Suiza (primera parte)

Inspirada en una entrada en el blog volvemos.org de un chaval que está en Polonia y hacía balance tras 5 años en el extranjero, me he animado a sacar mis propias conclusiones y hacer un pequeño resumen de los puntos buenos y malos de esta aventura suiza...
Por donde empezar... bueno los dos primeros años son los peores. Es lo que tarda uno en asimilar e interiorizar verdaderamente la situación. Al principio todo es nuevo, es interesante, nos estimula y al mismo tiempo nos deja agotados porque todo hay que aprenderlo, desde el idioma hasta el sistema de recogida de basuras, arreglar los papeles del trabajo o encontrar la tienda donde se pueden comprar bombillas. Desde el punto de vista social, también al principio es un torbellino de emociones. No paras de conocer a gente nueva y recibes una falsa sensación inicial de tener muchos "amigos". Luego con el tiempo ocurre la selección natural y vas encontrando aquellas personas que son más compatibles contigo y tu forma de ser. Esas son las que se acabarán convirtiendo en tu estrecho círculo de amigos, mucho más reducido por supuesto que el que tenías en un país de origen. Evidentemente es una comparación injusta, basta sólo mirar el tiempo que nos ha llevado en uno y otro sitio llegar al mismo número de amigos.
En cuanto a la adaptación en el país de acogida, al inicio tienes el deseo de acelerar las cosas. Quieres aprender el por qué se hace esto aquí, por qué se dice esto otro,... y empiezan las odiosas comparaciones. Que si esto en España funciona mejor, o peor. Por poner un ejemplo concreto, el sistema que tienen aquí en Suiza de vender flores, verduras y frutas dejando acceso directo a la mercancía en el modo autoservicio: coges lo que te interesa y luego echas el dinero de lo que has comprado en una hucha. Ni cámaras, ni personal para atender a clientes. Un sistema que sólo puede funcionar basado en la confianza. Llamadme mal pensada pero tengo mis dudas de que en España la gente vaya a ser tan honrada de pagar lo que se llevan si se lo pueden llevar tranquilamente sin pagar...
(Photo by Jayant Kulkarni from Pexels )

Por terminar esta primera parte, quiero aclarar el por qué he dicho que los dos primeros años son los peores. Me refiero al desgaste energético, por el gran esfuerzo que supone aprenderlo todo y hacerlo todo sólo (al principio ni amigos ni familia que te puedan echar una mano) y también a nivel psicológico... Al emigrar queda un gran vacío emocional, todo ese cariño directo que recibías de tu familia y amigos casi a diario desaparece de repente y lleva tiempo volver a llenar ese hueco en el corazón, más de lo que conscientemente muchos pensamos. La tecnología acerca pero no sirve para dar abrazos.

martes, 8 de marzo de 2016

Frauen Tag- Dia de la mujer

El día de la mujer en mi trabajo ha pasado sin pena ni gloria. Mandé un email a algunas compañeras para intentar motivarlas un poco pero el "feedback" fue humilde, sobretodo entre las suizas... 
Cuando llegué a Suiza y me puse a mirar referencias de sueldo para negociar en las entrevistas de trabajo. Me encontré con que las páginas que ofrecían indicadores de salario, incluso las oficiales del gobierno, daban siempre un rango diferente para hombres y mujeres, es decir, las mujeres aquí haciendo el mismo trabajo y teniendo el mismo curriculum que un hombre, cobran simplemente menos por ser mujeres, del orden del 10% al 20% en el peor de los casos. ¿Por qué? Porque pueden ser madres y les harían "perder" dinero a la empresa. Las mujeres tienen que pagar toda su vida, mes a mes, la penalización de haber nacido mujer ganando menos que un hombre, independientemente de si tienen hijos o no... ¿¿Perdonad que no me calle ante tan tremenda injusticia! Por la misma regla que se aplica a la mujer, todos los hombres deberían pagar una penalización cada mes y por el resto de su vida, porque pueden embarazar a una mujer y causar pérdidas a la empresa que contrata a esa mujer. ¿Por qué este argumento es menos absurdo que el otro? ¿Por qué una mujer que no tiene hijos tiene que pagar con su sueldo, las pérdidas económicas a una empresa provocadas por el compañero de trabajo masculino que ha sido papa? A ver, para tener un hijo hacen falta dos personas no? Pues si una empresa pierde dinero porque una mujer se ha quedado embarazada, tan culpable es ella como su pareja masculina, es decir, si nos ponemos en plan perro, los dos deberían ser penalizados. Pero hacer esto de forma pública crearía una gran polémica social, no? Así que les pagamos menos a todas las mujeres en general y todos los hombres contentos... Ay madre mía cuánto queda todavía por pelear!! Ánimo a todas las mujeres del mundo! Seguid luchando hasta lograr una paridad real!
Para dejaros un mejor sabor de boca, aquí tenéis algunos ejemplos de mujeres luchadoras.

domingo, 6 de marzo de 2016

Otra manifa

La semana pasada estuvimos de nuevo en una manifestación contra una iniciativa un poco xenófoga del "famoso" partido político SVP (aquel de la oveja negra pateada por la blanca para echarla de Suiza). Se trataba de aprobar una ley especial sólo para extranjeros, de manera que a la de dos "infracciones", por ejemplo dos multas de tráfico, a la p... calle. La última vez que estuvimos en una manifa fue en el 2014, contra el famoso resultado de las votaciones que van a provocar medidas de control de la inmigración. Digo que van, porque todavía están con quebraderos de cabeza viendo como cumplir con la ley sin dañar más las relaciones con la UE. Ya ha tenido repercusiones con la cancelación por parte de la UE de todos los programas erasmus en Suiza. Pero esto es otro tema... volviendo al tema original, la cuestión es que estuvimos a pesar del frío en la manifestación el pasado viernes y la famosa ovejita negra se convirtió en un logo con varias propagandas alternativas donde aparece enfadada (normal, a nadie le gusta que le den patadas en el culo).




Al final la iniciativa no salió, así que todas las ovejas a bailar ;)

sábado, 13 de febrero de 2016

Participando en un concurso

Si, 20 minutos organiza como cada año un concurso de blogs con diferentes categorías. He inscrito este blog en dos: actualidad y viajes. Si os apetece pasaros y dejar un voto por mi causa ;) pasar por aquí. Muchas gracias y que gane el mejor. Yo me conformo con dar a conocer un poquito más este rincón por si le puede interesar a más gente mis observaciones y reflexiones...

Reestructurando relaciones

No sé si debería cerrar este blog puesto que es una etapa de nuestra vida que ya ha terminado y no sé si tiene sentido volver atrás. Pero......