martes, 18 de enero de 2011

Primer dia de voluntariado svizzero

Ayer me planté a eso de las 10 en el sitio indicado. El taller aparentemente estaba vacío, dije "Buongiorno" por si acaso pero nadie respondíó a pesar de que había una sospechosa chaqueta reposando en una silla. Cuando fuí a la habitación de al lado a preguntar, me dijeron que había llegado un tal "Jean Paul" o "Jean Pierre", con ese nombre seguro que español no era, que igual estaba metido en una pequeña sala y no me había escuchado. Volví a la habitación y efectivamente estaba el señor allí. La primera impresión que me dió fue ver a una reencarnación de Albert Einstein en sus últimos años, pues ante mi estaba un hombre con bigote y pelo canoso que daba todo el aspecto externo del físico famoso. Me presenté pero el hombre farfulló algo que no entendí bien, por sus gestos se veía que estaba bastante apurado en sus manualidades o lo que fuera estuviera preparando. Al poco llegó la otra voluntaria de la que me habían hablado. Entonces todo fue más fácil, ella me presentó al resto de la gente q resultó estaban arriba en la cafetería desayunando. así que nos fuimos dejando al doble de Einstein tranquilo en sus tareas. Había cuatro personas ciegas, una de ellas la que estaba precisamente atendiendo los pedidos de la gente, asi q resultaba curioso ver con qué facilidad se desenvolvía por las máquinas de café, vasos y cómo servía con destreza, la de tiempo que llevará haciéndolo digo yo. El resto pues en general callados, salvo uno que habla por todos jajaja pero es un tipo bastante simpático y divertido, incluso abajo en el taller me contó un chiste. Por supuesto el chiste no lo entendí porque una palabra no sabía q significaba, así que la otra voluntaria fue la encargada de luego explicármelo. Ella por cierto es una fan de la música española, así que intenta aprender español a través de las letras de las canciones y dice que le gusta mucho el idioma (cada vez que tenía oportunidad me soltaba alguna palabra). En el taller ayudé sobretodo a la única mujer ciega q vino, que estaba haciendo unos decorados para carnaval. Los otros dos hombres ciegos se desenvolvían bastante bien en sus obras de mimbre, uno estaba haciendo un cesto chulísimo y otro una silla espectacular, a ver si saco fotos porque me quedé sorprendida. También estaba con nosotros un portugues que está estudiando trabajo social y va allí de prácticas, me pareció entender. A las 11 una pausa, casi todos fuman y salen fuera a la terraza para encender su cigarrillo de rigor. Conversamos sobre distintos temas y a los 15 min volvemos a bajar al taller hasta las 12h.
El tiempo se me pasó muy rápido y regresé a casa con la sensación de que estas personas tienen una voluntad y fuerza envidiables, debería pensar más en ejemplos así cuando uno a veces se autolimita por cosas a las que le da más importancia de la que debiera. Os dejo pensando en ello...
(to be continued....)

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