martes, 7 de febrero de 2012

Chochazo schlitten

Si ya se que os tengo un poco abandonados, pero mi tiempo "libre" se ha visto drásticamente reducido, mi inspiración aplastada por el cansancio diario y mi lista de tareas pendientes perdida en un cajón, pues es siempre tan larga que me da agobio verla... así que voy a relatar mi última aventura, aprovechando este espacio de recogimiento y soledad que estoy disfrutando ahora mismo junto con mi tazón de leche calentita, mientras fuera las temperaturas alcanzan valores negativos jamás vistos antes por estos ojos... -13, -14,... -18....
Con semejante frío y nieve por todas partes, no queda otra que probar las distintas alternativas de divertimento que existen por estos lugares... Ya os conté mi experiencia con las raquetas de nieve, que fue estupenda, pero quedan más artilugios que probar... trineos (o artilugios diabólicos para reducir la población), skies.... Así que este domingo aprovechando la visita de unas amigas fuimos a "trinear" y alquilamos en una montaña cercana lo que aquí se llama un schlitten (nuestro modelo era el davoser). La cuestión es que a pesar del miedo natural inicial a lo nuevo, le cogimos rápido el gustillo, practicando en la cuesta fácil junto con un montón de niños y sus padres. Por cierto que ya les vale a algunos que se ponían a remontar andando por mitad de la pista. Una de las veces que nos tiramos A. y yo juntos en un trineo, tenemos el video en el que pasamos entre dos tipejos que estaban en medio de la cuesta parados y nosotros venga a decir "Achtung, achtung!" pero nada... creo que hasta les solté algún improperio (o intento de) mientras pasábamos jajaja
Después de las pruebas iniciales fuimos a la rampa oficial de trineos que iba desde la estación final a la estación media. Un camino en descenso que pasaba entre bosques lleno de curvas. Nada más empezar ví que aquello no era tan fácil y a veces costaba mantener el control del trineo cuando aquello se aceleraba más de la cuenta. El caso es que al final llegamos al punto cercano de la estación media y... allí estaba. La cuesta de la muerte final, la más empinada y rompehuesos vista por el hombre. A mí me pareció nivel avanzado pero esta gente le echaron morro y empezaron a tirarse, animándome a hacer lo mismo. Ví que dos de ellos se caian en una parte pero nada grave. Así que después de bajar un tramo a pie me dije... venga vamos a intentarlo... pobre inconsciente de mí, no sabía donde me metía... la cosa fue más o menos bien, a pesar de la gran velocidad, hasta que llegué a la parte de los socavones, sí yo puse la misma cara y me dije... que los dioses nos asistan... el primer hoyo lo superé, en el segundo ya había cogido altura y en el tercero y más profundo ya dí un salto mortal en el que me vi literalmente flotando en el aire y perdí el control del trineo... sólo quedaba aterrizar sin morir en el intento... primera toma de contacto con el suelo, resultado: golpe en el coxis con el trineo, contusión lateral detrás de la rodilla izquierda... segunda toma de contacto: apoyo el codo para amortiguar el golpe en el hielo-nieve y me llevo el último golpe en la mandíbula derecha (al más puro estilo boxing) mientras me deslizo frenando....
El susto nos lo llevamos todos, yo temía haberme roto algo así que después de subir a la estación de arriba, me senté a esperar que se me pasara y luego fuimos a tomarnos algo calentito, para analizar los daños. Parece que la sangre no llegó al río.... Así que me tiré un par de veces más en la parte fácil para recuperar la confianza. 
Resumen: moratón pequeño detrás de la rodilla izquierda, moratón pequeño cerca del coxis, quemadura leve en la mandíbula (del rozamiento con el hielo) y el cuerpo como si me hubieran dado una palicilla. 
Moraleja: no te confíes con los trineos, que los carga el diablo...
(foto de aquí)

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